sábado, 11 de marzo de 2017

Mercurio

Si nos situásemos sobre la superficie de Mercurio, el Sol nos parecería dos veces y media más grande. El cielo, sin embargo, lo veríamos siempre negro, porque no tiene atmósfera que pueda dispersar la luz.
Los romanos le pusieron el nombre del mensajero de los dioses porque se movía más rápido que los demás planetas. Da la vuelta al Sol en menos de tres meses. En cambio, Mercurio gira lentamente sobre su eje, una vez cada 58 días y medio. Antes lo hacía más rápido, pero la influencia del Sol le ha ido frenando.


Mercurio forma parte de los denominados planetas interiores terrestres, y no tiene satélites. Al tener una órbita interior a la de la Tierra, pasa periódicamente por delante del Sol, como también lo hace Venus. Este fenómeno se denomina tránsito astronómico.

Cuando un lado está de cara al Sol, la superficie llega a temperaturas superiores a los 425 ºC. Las zonas en sombra bajan hasta los 170 bajo cero. Los polos de Mercurio se mantienen siempre muy fríos. Esto lleva a pensar que puede haber algo de agua (congelada, claro).

El relieve de Mercurio es muy parecido al de la Luna. El paisaje está lleno de cráteres y grietas, en medio de muchísimas marcas ocasionadas por los impactos de los meteoritos.

La presencia de campo magnético indica que Mercurio tiene un núcleo metálico, parcialmente líquido. Su alta densidad, la misma que la de la Tierra, indica que este núcleo ocupa casi la mitad del volumen del planeta.

Sus principales datos básicos son:
Tamaño: radio ecuatorial 2.440km
Distancia media al sol: 57.910.000 km
Día: periodo de rotación sobre el eje 1.404 horas
Año: órbita alrededor del sol 87,97 días
Temperatura media superficial: 179ºC
Gravedad superficial en el ecuador: 2,78 m/s2

Cordiales saludos de los creadores de este blog:

- Samuel Petrucci
- Raya Koleva

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