sábado, 11 de marzo de 2017

Venus

Venus y la Tierra se formaron en la misma época, a partir de la misma nebulosa. Sin embargo, son muy diferentes. Venus no tiene océanos y su densa atmósfera provoca un efecto invernadero que eleva la temperatura hasta los 480 ºC. Es abrasador.

Los primeros astrónomos pensaban que Venus eran dos cuerpos diferentes, porque unas veces se ve un poco antes de salir el Sol y, otras, justo después de la puesta.
Venus gira sobre su eje muy lentamente y en sentido contrario al de los otros planetas. El Sol sale por el oeste y se pone por el este, al revés de lo que ocurre en La Tierra. Además, el día en Venus dura más que el año.
Las órbitas de Mercurio y Venus son inferiores a las de la Tierra; por eso podemos observar el paso de estos dos planetas por delante del Sol. Sin embargo, el tránsito de Venus es un evento astronómico raro que ocurre en junio o diciembre en pares separados por ocho años, y separados del siguiente par de tránsitos por más de un siglo.

La superficie de Venus es relativamente joven, ya que tiene entre 300 y 500 millones de años. Está formada por amplísimas llanuras, atravesadas por enormes ríos de lava, y algunas montañas.

Las fotos muestran el terreno brillante, como si estuviera mojado. Pero Venus no puede tener agua líquida, a causa de la elevada temperatura. El brillo lo provocan compuestos metálicos.

En Venus también hay cráteres de los impactos de los meteoritos. Sólo de los grandes, porque los pequeños se deshacen en la espesa atmósfera.

Cordiales saludos de los creadores de este blog:

- Samuel Petrucci
- Raya Koleva

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